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Usado para hacer bromas, desafiar al más valiente o incluso como un arma, el chile se ha convertido en un ícono de respeto a nivel mundial. Este histórico ingrediente data de hace miles de años como un elemento indispensable en la gastronomía del antiguo México y de hecho de toda Mesoamérica, que es de donde surge para luego aterrizar y aferrarse a paladares de diversos puntos del planeta.

Breve historia del chile

También conocido como ají, guindilla, pimiento o simplemente picante, el “oro rojo” de la mesa proviene del vocablo náhuatl chilli, y fue esta misma cultura quien, según la historia, fue la primera en domesticar un fruto que parecía resistirse a ser consumido al atacar de cierta forma a cualquier boca que lo mordiera. El chile es del género Capsicum y existe una gran variedad de especies, aunque son pocas las que se consumen. El mayor productor de chile verde en el mundo es China, según estadísticas de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), y el mayor consumidor es México, con un promedio de consumo de 18 kg de chile al año por persona de acuerdo a la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) del mismo país.

¿Por qué pica el chile?

El fruto de la planta concentra un compuesto orgánico llamado capsaicina, la cual produce una fuerte sensación irritante en las papilas gustativas. Aunque no sólo reacciona sobre el gusto de la boca, por lo que el chile y sus propiedades, además de usarse en la cocina, también es empleado como antioxidante, analgésico, anticancerígeno, además de ser un elemento del gas pimienta y, algunos, también le adjudican propiedades afrodisiacas.

Beneficios del chile

Entre sus propiedades, el ají es alto en vitamina C, pero también es rico en vitaminas A, B6, K1, así como en postasio y cobre, resultando un alimento que puede ofrecer muchos beneficios, como los mencionados en la revista especializada en línea Healthline:

  • Debido a su alto contenido en capsaicina resulta un gran antioxidante, útil para combatir el cáncer.
  • El chile contiene luteína, la cual al ser consumida en abundancia demuestra efectividad para la salud ocular.
  • Un alto consumo de chiles puede desensibilizar los receptores de dolor con el tiempo, reduciendo la capacidad de sentir el sabor ardiente del chile, además de reducir otras formas de dolor como la acidez estomacal causada por el reflujo.
  • La capsaicina puede promover la pérdida de peso al reducir el apetito y aumentar la quema de grasa, aunque resultará más efectivo si se consume como parte de una dieta saludable baja en grasas.

Aunque hay que tener cuidado, ya que el picante de las guindillas no es apto para todos, quienes sufran de úlceras, hepatitis, hemorroides o acidez estomacal, deberán abstenerse de consumirlo, y claro está, no hay que hacer abuso del mismo. Además de que no a cualquiera le gusta ese sabor tan peculiar.

Eso sí, el chile es algo ciertamente adictivo.

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