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Lejos ha quedado la imagen de los empresarios millonarios llamando a sus agentes para comprar o vender urgentemente acciones en Wall Street (como en las películas), pues hoy en día cualquier persona puede acceder a las bolsas de valores de diversos mercados teniendo a la disposición diferentes instrumentos de inversión y ya no sólo acciones. Ojo, eso no quiere decir que no puedas convertirte también en millonario, tal vez, convirtiéndote en un buen inversionista.

3 mitos sobre las inversiones

Para hablar de inversiones, lo primero que hay que hacer es romper la barrera del miedo a entrar a este campo, desmintiendo algunos mitos que hay en la creencia popular, como los siguientes:

  1. No, no se necesitan millones para invertir. Actualmente existe una gran oferta de servicios y asesores de inversión que pueden ayudarte a invertir empezando con miles, cientos o incluso un par de dólares; todo dependerá de tus objetivos y presupuesto, aunque siempre es recomendable invertir con cantidades considerables para esperar rendimientos altos.
  2. No, no ganas de la noche a la mañana. Aunque pueda ser que alguna de tus inversiones estén en una empresa que dispare su valor de un momento a otro, también puede suceder a la inversa, es por esto que lo recomendable es invertir en diferentes productos para que la balanza se incline a tu favor, además de saber esperar, lo que nos lleva al siguiente mito.
  1. No, no pierdes toda tu inversión tan fácilmente. Existe el temor de que si el inversionista no va a la segura puede perder todo su dinero de un momento a otro. Para esto, los expertos recomiendan invertir de manera diversificada, es decir, en diferentes instrumentos de inversión con diferentes porcentajes para que, si uno resulta con números negativos, tu inversión se pueda proteger con rendimientos bajos pero seguros y a la vez tener otro monto en valores más arriesgados pero que, al mismo tiempo, son los que pueden dar los rendimientos más grandes. Eso sí, dependiendo de tus objetivos de inversión, podrás diseñar una estrategia a corto, mediano o largo plazo, siendo esta última la que mejores rendimientos te puede ofrecer al darle un buen tiempo de desempeño al dinero que hayas puesto dentro del mercado financiero.

Antes de invertir, genera una adecuada cultura del ahorro

Al ahorro es prácticamente imposible para algunas personas, parece estar dentro de la lista de propósitos de año nuevo una y otra vez sin lograr un auténtico éxito. Pero el secreto de una vida económicamente sana está precisamente allí, en desarrollar el hábito del ahorro fijo y constante.

Pero hay un secreto más allá, y es que al ahorrar mantienes tu dinero guardado, sin movimiento, por lo que con el paso del tiempo tu capital puede sufrir los embates de la inflación y devaluarse, proporcionalmente al porcentaje que haya subido ese año la inflación en el país.

Entonces, ese dinero que tanto trabajo te costó ahorrar, a través de la inversión, podrás lograr que ahora éste sea quien se ponga a trabajar para generar ganancia. Algunos lo mantienen con inversiones conservadoras para apenas librar la inflación, pero hay quienes se atreven un poco más y buscan por mayores retornos de inversión.

¿Cómo generar una cultura inversionista?

¿Cómo empezar a invertir?

Una estrategia de inversión debe ser totalmente personalizada para cada inversionista, para ello podrás asesorarte con un experto en inversiones o con una casa de bolsa, quienes te ayudarán tanto a definir la estrategia como a acceder a la bolsa, ya que, en la mayoría de los mercados, una persona no puede adquirir instrumentos financieros por su propia cuenta, sino que debe hacerlo a través de un intermediario aprobado por las autoridades financieras.

Para definir una estrategia de inversión personalizada se toma en cuenta:

  • Perfil del inversionista: moderado, aquel que no es tolerante al riesgo de la volatilidad de los mercados y que busca rendimientos seguros; conservador, el que acepta un poco de riesgo y busca un poco más de rendimiento; o agresivo, quien acepta mayores riesgos para conseguir también mayores rendimientos.
  • Objetivos de inversión: cuál es el propósito de tu inversión, puede ser comprar casa, establecer un negocio o ahorrar para el retiro, por ejemplo.
  • Horizonte de inversión: a corto plazo (puede ser de 1 a 5 años), mediano plazo (de 5 a 10 años) o largo plazo (mayor a 10 años).
  • Gustos e intereses: qué tipos de instrumentos financieros elegir para empezar a invertir.

Ahora que ya conoces un poco más sobre el mundo de las inversiones, no dejes pasar la oportunidad de crecer tu capital mediante esta práctica financiera. Pero, como lo has visto, la inversión es un estilo de vida que rendirá muy buenos frutos… a la larga.

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