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Considerando que el diámetro de nuestro planeta es de un poco más de 12,000 kilómetros, tomar este tren de extremo a extremo con sus 10,000 kilómetros, parecería una aventura inspirada en los libros del mismo Julio Verne, pero, aunque no se recorren las entrañas de la Tierra o le damos toda la vuelta al mundo, es un viaje a través de paisajes únicos que podrías hacer realidad.

¿Cómo surge esta sorprendente ruta ferroviaria?

La construcción de una línea ferroviaria tan inmensa sólo podía ser obra de un gigante: Rusia, el país más grande del mundo. Su construcción comenzó hace más de 120 años, en la época en que todavía existían los zares, y fue finalizada e inaugurada a principios del siglo pasado como una medida para conectar un amplio territorio y movilizar grandes cantidades de mercancías desde la capital, Moscú, hasta el extremo que colinda con el océano Pacifico, Vladivostok, en un tiempo relativamente corto: ¡sólo 7 días!

Durante este viaje el reloj transcurre de una forma muy peculiar ya que se atraviesan siete zonas horarias distintas, aunque el tren se detendrá eventualmente en estaciones que te ayudarán a recuperar un poco la noción del tiempo, con opciones de transborde hacia Mongolia o China. Los increíbles paisajes que recorre podrían poner a prueba tu capacidad de asombro. Las auroras boreales son uno de los espectáculos que puedes contemplar desde tu vagón mientras recorres interminables terrenos de hielo y estepa, los mismos que contemplaron los antiguos emperadores de la región.

Independientemente del destino, existen cuatro tipos de boletos para subirte al tren: los pasajes de lujo, que incluyen un compartimento con baño y una cama; el segundo, que incluye una cama dentro de un compartimento para cuatro personas; el tercero, que incluye una cama dentro de un vagón junto a otras 50 personas; el cuarto, que sólo incluye un asiento sencillo. Aunque el trayecto de Moscú a Vladivostok es continuo en el sentido de que es la misma vía, existen varias estaciones y conexiones con otras líneas ferroviarias, como el Transmongoliano o el Transmanchuriano.

Conoce el tren que cruza Asia, ¡una aventura de 10,000 km! Gran Muralla China

Conexión con China y Mongolia

El Transmongoliano es una de las conexiones que puedes tomar, este recorrido comienza en Moscú, atraviesa Mongolia y termina en Beijing, por lo que, dependiendo de tu país, podrías necesitar tres visas diferentes. Uno de los principales atractivos de esta línea es conocer el legendario desierto de Gobi, famoso por sus hallazgos de fósiles, ya que algunos de los paquetes que ofrecen las agencias de viajes incluyen una noche en este desierto dentro de una de las típicas carpas de los nómadas mongoles, por lo que no debes preocuparte por dónde descansar.

Existe otra alternativa que conecta a Rusia con China, el Transmanchuriano. Esta ruta llega a Beijing, pero rodea a Mongolia, por lo que no será necesario hacer ningún trámite con este país. Si bien se puede conocer la Muralla China con este tren, para el desierto de Gobi será necesario tomar un transporte adicional.

Tomar este tren implica una aventura maravillosa a través de Asia y el tiempo; las hermosas ciudades, maravillas y espectáculos naturales que se viven en él son un desafío digno de una novela.

¡Todos a bordo!

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