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Se ve bien con ropa casual, pero se ve aún mejor con traje, porque más que un accesorio, el sombrero de Panamá es un toque de elegancia para quienes saben de buen gusto.

Están hechos de palma de iraca, un material que permite que el sombrero pueda enrollarse sobre sí mismo sin riesgo de deformarse; y más allá de ser panameño, este sombrero tiene su origen en Ecuador.

 

¿Su historia?

Existen dos versiones. La primera cuenta que cuando Theodore Roosevelt -presidente en aquel entonces de Estados Unidos- fue en 1906 a revisar la construcción del Canal de Panamá, las autoridades regalaron este sombrero a todos los invitados para poder cubrirse del sol, y cuando estas personas regresaron a sus lugares de origen y se les cuestionó acerca de aquel sombrero, ellos respondieron que se los habían dado en Panamá, por lo que la gente atribuyó que era de aquel sitio.

La segunda versión cuenta que se debe a la fiebre del oro de California entre los años 1848 y 1855, cuando comerciantes ecuatorianos llevaron estos sombreros al istmo y la gente encantada, no podía parar de comprarlos.

El punto es que ya sea una historia o la otra, estos sombreros son de Ecuador, y se hacen artesanalmente, de hecho, su creación puede durar desde 1 o 2 días, hasta seis meses, dependiendo de la finura de su tejido, y de ahí que sus precios varíen tanto (pueden llegar a costar hasta dos mil 500 dólares americanos).

Lo más sorprendente es que a pesar que han pasado tantos años desde la primera vez que se hicieron famosos, estos sombreros no han pasado de moda, sino todo lo contrario, su boom abarca una gran parte del planeta, pues se exportan a Italia, Francia, Reino Unido, España, Japón, Estados Unidos, y por supuesto a Latinoamérica.

Si estás pensando adquirir el tuyo, aquí te dejamos algunos modelos muy classy de este sombrero por los que podrías preguntar: Derby, Homburg, Fedora, Havana Fedora, Monte Carlo y Gatsby Fedora.

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