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Consiste en incorporar a tu día a día, frutas, vegetales, frijoles y menos azúcar, pero sobre todo, más que ser sólo una dieta para bajar de peso, esta “Latin diet” busca que aprendas a comer bien.

No se trata de restringirse, que es lo que sucede con las dietas comunes en las que se busca perder peso de manera inmediata para luego volver a comer como se hacía antes. La “Latin diet” se trata de dejar atrás los malos hábitos, perder peso progresivamente y por supuesto, hacer actividad física.

 

Vamos paso por paso

Primera semana:

Esta dieta debe empezarse poco a poco para no sentir el cambio tan brusco y acostumbrar al cuerpo pasito a pasito. Así que se recomienda enfocarse en el desayuno durante la primera semana, cambiando el pan blanco, la mermelada, la leche y el café con azúcar, por pan integral, mermelada baja en azúcar y té con edulcorante o mejor aún, sin azúcar.

Segunda semana:

Pasada esta primera semana, ahora podemos enfocarnos también en el almuerzo, para el cual no existen recetas determinadas, sino recomendaciones de qué sí y qué no comer:

  • SÍ a las frutas, verduras, carnes magras, productos lácteos bajos en grasa y a los granos enteros.
  • NO a las carnes fritas, la harina blanca, el azúcar, las carnes frías y la leche entera.

¡Cuidado con las porciones! No llenes el plato pensando que vas a quedarte con hambre, más bien mídete, especialistas recomiendan el uso de porciones que correspondan al puño de tu mano (igualmente consúltalo con tu propio experto en salud).

Tercera semana:

Ya que hayas hecho estos cambios durante la segunda semana con el almuerzo, ahora puedes iniciar la tercera semana, eliminando los mismos alimentos en la cena; y así, poco a poco, ir acostumbrando al cuerpo a los alimentos saludables y menos grasosos.

Esto no quiere decir que no debes volver a comer nunca los alimentos no recomendados, mucho menos decimos que son tus enemigos, más bien la idea es que vayas disminuyéndolos en tu día a día y de vez en cuando puedas disfrutarlos sin remordimientos (y los comas también en porciones moderadas).

 

Complementa tu dieta

A esto hay que agregar actividad física, así que puedes hacerlo empezando por caminar al menos treinta minutos al día, y luego ir aumentando el tiempo. O bien, busca una rutina de ejercicio que se adecúe a ti.

¡Ojo! Si llegas a sentir ansiedad cuando inicies este cambio de alimentación, se sugiere comer snacks saludables, como fruta o yogurt bajo en grasa.

Verás cómo el primer mes empezarás a sentir un cambio no sólo en tu peso, también en tu salud. Tu cuerpo estará agradecido por el nuevo estilo de vida que le estás dando.

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