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Nos enseñan que fumar es malo. Que interrumpir una conversación es malo. Que tirar la basura en la calle es malo. Que no lavarse las manos después de ir al baño es malo. Que no decir “gracias” o “por favor” es malo. Pero no nos enseñan que una mala alimentación no es malo (y es gravísimo) y que trae serias consecuencias a la salud.

Puede que ya haya más conciencia sobre la alimentación en cuanto a cuidado de animales, productos orgánicos, transgénicos, etc., se trate. Sin embargo, esa conciencia y cultura no es suficiente, y eso queda comprobado en un reciente estudio publicado por la revista The Lancet, el cual informa que los alimentos que ingerimos están contribuyendo a la muerte temprana de unas 11 millones de personas al año.

De acuerdo a la más reciente edición del Estudio de la Carga Global de las Enfermedades, se encontró que la cantidad de muertes causadas por una mala alimentación dentro de una dieta diaria ya supera incluso a las causadas  por el tabaco, y actualmente está vinculada a una de cada cinco muertes en todo el mundo.

¿Qué hay que evitar comer?

El exceso de sal juega un papel muy importante, ya que es lo que más abunda en las dietas y lo que más pone en riesgo la salud de las personas debido a que eleva la presión arterial aumentando la probabilidad de ataques al corazón, insuficiencia cardiaca, cáncer, diabetes y accidentes cerebrovasculares.

¿Qué hace falta comer?

De la mano de todo esto y no menos importante, está la falta o el consumo bajo de semillas y nueces, que se cree que engordan porque tienen mucha grasa; sin embargo, son grasas buenas que en cantidades moderadas no afectan la salud, sino todo lo contrario.

También la falta de legumbres, fibra, frutas y omega 3 son un foco rojo que está incrementando la mortalidad de las personas, pero sobre todo, que están generando padecimientos muy graves como la obesidad, la diabetes y los problemas cardiovasculares en edades muy tempranas. Un ejemplo es México, que ocupa el primer lugar en obesidad infantil a nivel mundial.

Por lo tanto, es importantísimo tener una cultura no de comer, sino de comer bien, de dejar de lado el sodio, los azúcares, los alimentos procesados y las gaseosas, y empezar a ver toda esa riqueza que Latinoamérica ofrece en sus frutas, verduras y semillas, para volverlas no un platillo, sino parte de un estilo de vida saludable que nos permita alcanzar una mejor calidad de vida.

Así que si por ahora tu dieta no es la mejor, es buen momento para empezar a adoptar mejores hábitos alimenticios.

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