Los sneakers nacieron con fines deportivos, pero actualmente son objetos de culto, moda y sofisticación; antes usarlos para un evento importante o incluso para ir a trabajar era un fail, hoy son un accesorio indispensable que puede verse en alfombras rojas, e incluso ir a trabajar con ellos es símbolo de buen gusto.
¿Cómo pasamos de usarlos con pants y jeans, a vernos increíbles decorándolos con ropa formal?
Veamos, James Dean fue la primera estrella a quien se le vio usando sneakers. Sucedió por ahí de los años cincuenta cuando le voló a los jóvenes la cabeza usándolos como símbolo de rebeldía (al igual que jeans y camiseta). Por supuesto muchos lo imitaron.
Años más tarde, el grupo de hip hop Run DMC hizo que Adidas volteara a verlos al escribir la canción “My Adidas”. De hecho, cuenta la leyenda que en uno de sus conciertos Run DMC le pidió al público que levantaran sus zapatos, descubriendo que todos llevaban sneakers y demostrándole a la marca que su calzado no sólo debía dirigirse hacia lo deportivo sino también a lo urbano; por supuesto la marca empezó a patrocinarlos.
Luego vino Michael Jordan a revolucionar todo el mercado al poseer su propia línea con diseños exclusivos de la mano de Nike.
A partir de ahí, ediciones limitadas, colaboraciones con artistas, materiales especiales y diseños que se adaptan no sólo a jeans, sino a smokings y pantalones de vestir, han creado furor en este tipo de calzado, dejando atrás la idea de que el buen vestir no está ligado a la comodidad. Incluso en moda femenina han sido aún más revolucionarios, ya que poder usarlos con faldas y vestidos (hasta de novia), se ha vuelto un must que los pies y la moda agradecen.
Los precios que se pagan por estas piezas llegan a alcanzar y superar costos de piezas de joyería, y el negocio más grande está en revenderlos, ya que las subastas pueden alcanzar precios exorbitantes. Y hablando de piezas de joyería, muchos de estos sneakers llegan a decorarse con diamantes y zafiros, como los que crearon Bicion y Dam Gamache de Mache Custom Kids, que son los más caros en el mercado y están valuados en 4 millones de dólares.
