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Una de las peores sorpresas a las que nos enfrentamos por las mañanas, es el momento de entrar al baño para asearnos y encontrarnos con que ¡no sale agua caliente! Ese instante se convierte en una plegaria porque aparezca el agua, aunque sea un poco calientita para poder ducharnos y no morir exponiendo nuestros cuerpos desnudos al agua fría. Te sorprenderá saber que esto no es para nada grave, al contrario, beneficia a tu salud.

Duchas frías, cuerpo sano

Algunos entrenadores y preparadores físicos recomiendan a sus atletas tomar duchas frías después de hacer ejercicio para ayudar al cuerpo a recuperarse de la mejor forma, pero se ha encontrado que bañar el cuerpo con agua a bajas temperaturas puede ayudar a nuestro organismo con más beneficios no solamente después de hacer actividad física sino en cualquier momento (aunque no se recomienda para mujeres embarazadas ni en situación de ciertas enfermedades como un resfriado).

  • Mejoras la circulación. El agua fría activa una mayor circulación de sangre que corre por los órganos y tejidos del cuerpo.
  • Pierdes peso. Con el agua fría se activa la “grasa parda” para darnos calor, usando y quemando como si fuera combustible a la “grasa blanca” (la que nos da esos kilos de más).
  • Refuerzas tu sistema inmunológico. Una ducha fría estimula al metabolismo, es decir, activa al sistema inmunológico disminuyendo la propensión a enfermedades.
  • Subes tu lívido. El agua caliente puede afectar la producción de esperma en el hombre, por ende, el agua fría favorece la producción de testosterona elevando los niveles de fertilidad al mismo tiempo.
  • Incrementas tu energía. Al iniciar un momento de shock, el cuerpo reacciona de forma rápida acelerando tu corazón, tu respiración y tu sistema nervioso. Una ducha fría combate la fatiga.
  • Mejoras la apariencia de tu pelo y piel. Para lograr esto es necesario realizar una ducha mixta: primero con agua caliente para abrir los poros de tu piel y pelo, y luego con agua fría para cerrarlos.
  • Favoreces a tu respiración. Entrar en pánico antes y al primer contacto con el agua fría activa una respiración profunda.
  • Desintoxicas tu cuerpo. El agua fría ayuda a la liberación de toxinas.

Duchas frías, mente sana

Al ser un verdadero reto, adentrarte al agua fría significa desafiar a la voluntad y al mismo tiempo convencer a tu mente de que tu cuerpo podrá soportar esta situación. Así que volver un hábito a este enfrentamiento puede ayudarte a mejorar varios aspectos en ti, que, desde tu mente, se verán reflejados de manera positiva en tu personalidad y tu forma de desarrollar tu día a día.

  • Combates la depresión. Estudios han demostrado que una exposición diaria al agua fría de 2 a 3 minutos durante varios meses envía impulsos eléctricos al cerebro, resultando en un efecto anti-depresivo.
  • Incrementas tu nivel de concentración. Al contacto con el agua fría el cuerpo reacciona de forma que activa varios órganos y sistemas, incluyendo ciertas hormonas que despiertan el sentido de alerta aumentando el nivel de concentración en tu persona.
  • Ayudas a reducir el estrés y la ansiedad. Tomar duchas frías puede resultar una especie de entrenamiento mental para poder enfrentar situaciones de estrés sin mayor problema, de ahí cuando se refieren a tener “mente fría” para tomar decisiones importantes.
  • Aumentas tu autoestima. Superar el reto de ducharte a bajas temperaturas puede ofrecerte una mayor confianza en ti mismo y tus posibilidades.
  • Beneficias la calidad del sueño. Después de la tormenta viene la calma, es decir, luego de pasar por un leve momento de estrés, tu cuerpo y mente se relajan para descansar libremente.

A ducharse con agua fría para mejorar tu vida.

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