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Cuando le preguntas alguien qué color elegiría para competir al volante de un MINI, la respuesta inmediata seguro sería: el verde oscuro British Racing Green. ¿Por qué este tono es tan famoso en el mundo? En este artículo te lo contamos todo.

Hace mucho, mucho tiempo.

Un personaje muy particular, James Gordon Bennet Jr.,  fue —en gran parte— el responsable de la importancia del color verde British Racing Green en la historia del automovilismo. Este aficionado a los deportes y editor de periódicos estadounidenses se encargó de organizar una carrera automovilística de 1900 a 1905 en Francia: la Copa Gordon Bennet (que básicamente fue la predecesora de los circuitos Gran Prix de la actualidad). En esta carrera, los fabricantes de automóviles europeos competían con sus autos deportivos vestidos en colores nacionales y el ganador tenía el derecho de albergar la carrera del año siguiente en su propio país.

El hombre de negocios y piloto inglés Selwyn Francis Edge conquistó la victoria en la Copa Bennet en 1902, y con ella, el derecho para que Reino Unido fuera el país anfitrión de la copa en 1903. Sin embargo, esto resultó ser imposible porque en ese entonces Inglaterra tenía un estricto límite de velocidad de 12 millas por hora (menos de 20 km/h). Por esta razón, los organizadores trasladaron la competencia a Irlanda, donde no había un límite de velocidad con el cual lidiar. La leyenda cuenta que los corredores británicos pintaron sus autos de verde como una señal de respeto hacia sus anfitriones y en homenaje a «la Isla Esmeralda» por albergar la copa.


Una leyenda con toque irlandés.

El color British Racing Green —conocido también por las siglas BRG— se hizo mundialmente famoso a partir de la victoria del campeón mundial de Fórmula 1, Jack Brabham. En 1959 este australiano se llevó a casa el prestigioso título con un Cooper T51, y al año siguiente con un Cooper T53. Los monoplazas campeones lucían dos franjas blancas de carreras en el frente sobre un color de carrocería verde y fueron construidos por el equipo de John Cooper, el diseñador de autos de carreras que diseñó y prestó su nombre al Mini Cooper. 


De hecho, fue el icónico compacto el que se coronó en el Rally de Montecarlo tres veces entre 1964 y 1967. En la década de 1960, el Mini Cooper S se vistió en BRG con franjas de carreras blancas en el capó, por eso nos sorprende que el legendario color sea un miembro fijo de la paleta de colores de MINI desde hace más de 60 años y parte esencial del ADN motorsport de la marca. Te puede interesar: John Cooper, 98 años de leyenda.

La tradición se reinventa.

Auténtico, atemporal y elegante: estas tres palabras describen tanto a BRG como a MINI. No hay otro color que esté tan ligado a la historia deportiva de esta firma y que exprese mejor esta tradición. 

La interpretación moderna de British Racing Green cobró vida en 2019 con la presentación del modelo de edición especial por el 60 aniversario de MINI.

Esta edición se lanzó al mercado como un tributo al visionario ingeniero John Cooper, quien sentó las bases para la carrera de MINI en el deporte motor, y a Alex Issigonis, quien creó su modelo clásico.

Por si fuera poco, para este lanzamiento los diseñadores de producto de MINI Design también agregaron toques especiales a la colección MINI Lifestyle Anniversary y desarrollaron una serie de artículos muy cool disponibles en este color emblemático.

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